domingo, 7 de abril de 2019

La tiza

Buenas queridxs!! En mi entrada semanal quiero hacer homenaje a uno de los mejores profesores que he tenido en bachillerato. Igual que me he cruzado con profesores incompetentes a los que no les gustaba su profesión, también tuve la suerte de cruzarme con Óscar, un profesor que amaba la Economía por encima de todas las cosas y te transmitía tanto el encanto de ella que incluso hacía que amaras sus clases. No sólo se encargó de prepararnos para EBAU, también nos preparó para todo lo que nos esperaba al salir de nuestra zona de confort.
Este año, como todos, ha escrito un apartado en la revista del IES José Manzano y quiero dejar por aquí un pedacito suyo.
Para poneros un poco en situación de lo que os voy a contar voy a narrar cómo contó esta misma historia a toda mi clase:                         
                                                                                                           Foto extraída de Google


Primera clase. Primero de Bachillerato. Óscar. Economía. Todos calladxs y medio dormidxs. Haces una breve presentación personal coge una tiza y...¡acción! Lo normal es que cuando la tiza se queda muy pequeña, o incluso antes de que esto suceda, tanto los profesorxs como nosotrxs mismxs cogemos otra tiza y seguimos escribiendo, pero este momento jamás llegaba con él. Veíamos como era casi imposible que pudiera escribir con algo tan diminuto. Como en todas las clases, está el/la típico/a que o salta o revienta : ¿por qué no cambias la tiza? Tenemos más. Se hizo el silencio y nos dijo que al acabar la clase nos lo explicaría y siguió escribiendo.

Al finalizar preguntó: ¿Alguien la quiere? Y es aquí donde comenzó a darnos esta magnífica lección de vida, donde con una sola tiza nos      enseñó 6 valores. Los voy a citar tal y como los ha publicado en la revista del centro:

  1. Los recursos son escasos, aprovéchalos. Cuando veas la tiza, quisiera que recuerdes la primera lección que te di. La Economía es la ciencia que estudia el mejor modo de utilizar los recursos escasos. Nuestras necesidades son ilimitadas, pero los recursos del  planeta no. Por eso vivimos con escasez. Una forma de combatir este problema es aprovechar los recursos que tenemos de la mejor manera posible. Por eso he estado escribiendo con ella hasta que ya no he podido sujetarla entre mis dedos.
  2. Respeta la naturaleza. Vivir mejor con menos es posible. Cuanto más consumimos, más tenemos que producir, y cualquier proceso productivos es contaminante y perjudica al medio ambiente. Si además de aprovechar los recursos, limitamos nuestras necesidades y aprendemos a ser felices con menos cosas, estaremos logrando el equilibrio con la madre naturaleza. Por eso me conformo con pequeños trozos de tiza que a veces recojo por el suelo para escribir.
  3. La voluntad, el esfuerzo, la paciencia, la resiliencia y el cuidado de las personas y todo lo que te rodea, deben ser tus compañeros de viaje. A medida que escribía con la tiza, y esta se hacía cada vez más pequeña, mi voluntad y determinación pera lograr el objetivo que me había propuesto debía ser mayores, me esforzaba más para poder seguir escribiendo, mi paciencia al sujetarla tenía que incrementarse y debía tener cada vez más cuidado para no perderla.
  4. Pienso antes de actuar y hablar. Lo mismo que la tiza siempre deja una marca, tus actos o tus palabras a lo largo de la vida dejarán huellas. Procura ser consciente de todas tus acciones y del efecto de lo que dices.
  5. Si mejor es posible,  bien no es suficiente. Aprende de tus errores. La tiza siempre permite que usemos un borrador para subsanar los errores. Debes entender que equivocarse es lo más fácil del mundo, y que corregir una cosa que hemos hecho incorrectamente no es necesariamente algo malo, sino una oportunidad para aprender, para crecer y algo importante para mantenernos en el camino de la justicia.
  6. Valora las pequeñas cosas que te regala la vida. Muchas personas valoran algo dependiendo del precio que tenga, y no se dan cuenta de que las cosas más importantes de la vida no tienen precio y las recibimos a cambio de nada: la sonrisa de un niño, el canto de un pájaro, el sonido de las hojas mecidas por el viento, el arrullo de las olas del mar, el amor y el apoyo de tu familia, amigos o compañeros, y tantas cosas más. Cuando contemples esta minúscula tiza, acuérdate de la importancia de los pequeños detalles que te regala cada día la vida.
Y acaba su escrito con: " Querido lector, cuando veas una tiza de reducido tamaño, no la desperdicies por su poco valor económico, ya que contiene una gran sabiduría con la que podrás encontrar la paz y la felicidad".

Gracias, querido Óscar, por trabajar en lo que te apasiona, no ceñirte a unos apuntes, volcarte de corazón con cada unx de tus alumnxs porque gracias a eso creo que todxs los que hemos tenido la suerte de tenerte como docente jamás nos olvidaremos de ti.
Y como esto tengo miles de anécdotas tuyas, que seguramente alguna más contaré por aquí.... 
Si lees esto, no te preocupes, apuro bolígrafos, lápices y tizas... ❤
¡¡¡UN SAAAALUDO, CHAPI!!!

2 comentarios:

  1. ¡Hola María! Esta semana me ha tocado el rol de comentarista y he decidido elegir tu publicación para cumplir con él. Tras leer el comienzo de tu entrada me ha sugerido curiosidad y he acabado leyéndolo entero. Me parece una gran reflexión la que has comentado, y estoy totalmente de acuerdo con las palabras de tu profesor. Me parece que detrás de esta hay una gran moraleja. No desperdiciemos nada por su valor económico o su tamaño, pues como se ha dicho siempre, ¡En los frascos más pequeños se encuentran las mejores fragancias!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Hola Mariana! Cuánta razón, no sabemos la suerte que tenemos de poseer todo lo básico para vivir, porque lo hemos poseído siempre y pensamos que jamás nos faltará pero nadie te asegura que mañana no te falte lo que hoy te sobra. ¡Un saaaludo!

      Eliminar